La curva de torque de los motores eléctricos es instantánea. Esto significa que el motor entrega su máxima potencia inmediatamente, y no progresivamente, como sucede con los motores a combustión. Estos últimos necesitan alcanzar un número determinado de revoluciones para entregar su potencia máxima. En cambio, un motor eléctrico entrega el máximo de su potencia de manera instantánea y por ello la experiencia de manejo resulta verdaderamente única.